Negocios Para Casa

Hi-Fi

Este es el título de una de mis películas favoritas, de Stephen Fears, interpretada magistralmente por John Cusack en el 2000. Si no la has visto, deberías hacerlo. Ya te adelanto que no se trata de una película sobre emprendedores o sobre historias de éxito. Se trata de la dolorosa experiencia  de un treintañero fracasado al romper con su novia. Ruptura que le lleva a replantearse su vida amorosa hasta el momento, intentando analizar sus 5 separaciones más sonadas a lo largo de su vida.

En ese sentido y viajando varias veces al pasado, se da cuenta de las diferentes razones que pueden llevar a que una relación no salga como ambas partes esperaban. No te contaré el final, pero sí una escena que seguro te servirá en tu corto o largo viaje en este duro mundo de los negocios en red.

En dicha escena el protagonista explica la razón por la cual uno da el paso serio hacia una relación determinada. Viene a decir que puedes pasarte un tiempo yendo, como suele decirse, de flor en flor, donde solo ves la parte bonita de la historia y jamás hay complicaciones. Pero, cuando realmente algo te llena, sabes que pasarás por etapas buenas y malas, y que al final, estarás en el sitio adecuado con la persona adecuada.

Si has estado en los negocios en red en los últimos años, te habrás dado cuenta del paralelismo con la breve historia que te acabo de explicar. Muchas ofertas, muchas. Dinero fácil, sin complicaciones, sin tener que vender, trabajando 5 minutos diarios… Todas estas historias han acabado mal y, además, en ningún momento nos sentimos seguros a la hora de involucrarnos al 100%. Tal vez por eso la gente honesta no se ha enriquecido últimamente.

Hay una mejor opción. Encuentra aquello que te llene y que tenga dificultades. Que tenga desafios diarios. Que te lleve a descubrir lo más parecido a tus límites. Que te dé recompensas pequeñas y que haya grandes resultados probados una vez pasado el camino y pagado el precio. Lo demás, son fuegos artificiales.

Vemos a diario grandes auto-denominados líderes que, en cuestión de años, se enamoran de tres o cuatro proyectos. Arrastran a miles de personas y luego desaparecen, sin el menor sentido de responsabilidad sobre sus palabras en tiempos de vientos favorables.

Vamos a equivocarnos, está claro. Pero al menos lo haremos en proyectos que nos llenen, y siempre partiendo de la propia experiencia como herramienta de liderazgo.

Al final la recompensa estará en la Alta Fidelidad hacia la empresa y hacia tus socios de negocio. Cuando experimentes ese sentimiento, estarás en el camino adecuado, te lo aseguro.

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