Mucha gente me pregunta cuál es secreto del éxito. Qué es lo que hace que unos alcancen sus objetivos y otros no. Cuál es la clave para lograr las metas que nos proponemos. Y el secreto es… que no hay secretos.
En estos casi 10 años dentro del multinivel, y después de haber asistido a cientos de seminarios, conferencias, cursos y capacitaciones, puedo decir que lo que ha marcado la diferencia ha sido la determinación. El tener claro lo que quería y lo que no quería en mi vida. El marcar un objetivo y no parar hasta conseguirlo, sin importar las circunstancias, las trabas en el camino o las adversidades. El hecho de tomar la decisión de hacer algo y no parar hasta conseguirlo.
Una vez leí, que «La determinación es la fuerza interior que nos impulsa a alcanzar un propósito, a pesar de que el camino esté lleno de enormes dificultades»
Y así es. Quizás lo de “fuerza interior” pueda sonar un poco espiritual o filosófico. Pero seguro que hay algo que alguna vez te ha hecho sentir así. Tengo varios ejemplos. ¿Recuerdas cuando te enamoraste por primera vez? En tu mente solo esta que tenías que conseguir una cita con esa chica o chico, ¡como fuese! O algo más drástico… imagina que llegas a tu casa y ves que está en llamas y que tu familia sigue dentro. En circunstancias “normales” sería muy complicado derribar la puerta. Pero en ese momento, no sabes muy bien como pero la puerta la echas a bajo.
«Cuando el qué es lo suficientemente importante, el cómo no importa»
Es precisamente esa la “fuerza interior” que te da el impuso para alcanzar un objetivo: salvar a tu familia de las llamas.
Para actuar con determinación, además de tener clara la meta, debemos saber el por qué queremos hacerlo. Y más importante aún, ese por qué tiene que ser lo suficientemente poderoso como para no tener la tentación de abandonar en el camino. Ese por qué es la fuerza interior que te permite seguir adelante y la que te impide al mismo tiempo renunciar.
Si piensas en el caso hipotético del incendio, en tu cabeza no cabe aplazar o dejar para mañana el rescatar a tu familia. Tienes que hacerlo “ahora”. Tienes que tomar acción “ya”.
«El mayor enemigo del éxito es la posposición»
Posponer es todo lo contrario a actuar con determinación. Cuanto más pospones lo que debes hacer, más te alejas del éxito. Así que, si has decidido ser éxito en algo, ponte ya en acción. Haz lo que debas hacer para conseguirlo. No te pongas excusas. No lo dejes para mañana. Hazlo ya. Quizás los resultados que buscas no lleguen de manera inmediata. Pero enfócate en el mediano o largo plazo. No hay duda de que los mayores éxitos requieren enormes sacrificios. Pero si así lo has decidido, debes estar dispuesto a darlo todo para alcanzar tu objetivo, no aceptes la derrota. Nunca abandones.